Solución de problemas mediante la «llamada firme»


Perro de paseo sin correaSe escapa durante el paseo

En una entrada anterior hemos descrito la técnica para inculcar en el perro una llamada firme utilizando el RCE como premio negativo.

Aplique la técnica sin excepción.

No permita que el perro vuelva a escaparse ni una sola vez y el problema se irá solucionando progresivamente.

La mayoría de los fuguistas dan su brazo a torcer rápidamente y aprenden a disfrutar de la vida en la proximidad que se les permite.

Sin embargo, hay algunos perros a los que les cuesta mucho ceder en sus ansias de libertad, aunque al final también ceden.

Hay que comprenderlos, pero no se les puede permitir una sola fuga.

Si saben que se pueden escapar de vez en cuando, continuarán manteniendo esa obsesión en su mente durante toda la vida.

 

Caza demasiado lejos y se va

El problema radica en que su llamada no es suficientemente firme.

Afírmela como le hemos enseñado y verá que el problema desaparece.

Si actúa siempre de ese modo, él pensará:

“Si me alejo, me llama. Si me llama, tengo que volver inmediatamente porque éste no llama dos veces. Para eso, no me alejo”.

Verá que enseguida caza más corto y que ya no hace falta llamarle.

 

Persigue a los coches, a las liebres, ovejas, corzos o zorros

En el fondo se trata del mismo problema que acabamos de ver, pero complicado por la distancia a la que caza el perro.

Usted percibe que se la está jugando, pero está demasiado lejos para llamarle.

Es igual. Utilice un RCE de larga distancia con llamada incorporada.

Llámele a través del Collar. Si la llamada está bien trabajada, vendrá enseguida.

Repréndale. No le castigue.

 

Se escapa con la pieza en la boca

Ahora ya tiene una llamada firme.

Si se va con la pieza en la boca, llámele.

Cuando venga, no le castigue, ni le riña.

Se la quita y a cazar.

Actuando así, este mal hábito, generalmente adquirido durante la juventud, desaparece rápidamente y además de forma permanente.

 

Come porquerías durante el paseo

En primer lugar, asegúrese de que el perro disfruta de una nutrición completa.

No le castigue con el RCE para que asocie la porquería con el castigo.

A medio plazo ese castigo aversivo resulta tan cruel como inútil.

La solución parece eficaz porque se obtienen resultados aparentes a corto plazo, pero esta conducta es renuente y el castigo casi siempre termina en fracaso.

Imagine a un glotón obeso no colaborador.

¿Piensa que le iba a hacer adelgazar a base de voltios? Ganaría las primeras batallas, pero perdería la guerra.

Lo mejor es afirmar bien la llamada e impedir que coma porquerías, llamándole. Así de sencillo.

¡Su perro ya acude a la primera! Cuando se aproxime a la porquería, llámele y repréndale.

Pronto concluirá lo siguiente:

“Si me acerco a la porquería, me llama. Si me llama tengo que ir… a perder el tiempo. Total, que ni como porquería, ni disfruto del paseo. ¡Esto de la porquería no compensa!”

 

Hace agujeros

Suele ser una conducta pertinaz, aunque va cediendo con la edad.

El problema radica en que el perro generalmente escarba cuando usted está fuera de casa y no le puede pillar.

Por eso, como unas veces le pilla y otras no, al final todas esas pilladas intermitentes lo único que hacen es aumentar la emoción del delito y fomentar la afición a las excavaciones.

Si el jardín es propicio, le aconsejo que le de la espalda al problema, creando en un rincón poco visible una zona de tierra o mejor arena blanda y profunda para que escarbe allí y respete el resto del jardín.

Quizás necesite ayudarse temporalmente de un cable controlador cuando vaya a remover la tierra en otras zonas del jardín para sembrar o plantar algo, pero la solución suele ser suficientemente buena.

No completamente satisfactoria, pero el asunto deja de ser un problema.

Ahora bien, si vive en una zona lluviosa y el perro se pone perdido en su arenero particular, tendrá que darle cara al problema.

Actúe de este modo. Es un poco pesado.

Vigile sus recreos. Cuando comience a escarbar llámele  y recuérdele, con voz severa, que no debe escarbar.

Si hace falta, durante la reprimenda, le sujeta de una oreja con firmeza.

Pronto dejará de hacerlo. Lo importante es que no practique la minería ni una sola vez más.

Cuando no pueda vigilarlo, impida el paso del animal a la zona de excavaciones mediante un Cable Controlador o una Valla Invisible, o cualquier otro sistema eficaz.

Eficaz para que no haya excepciones.

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